El cerebro adicto
Las adicciones son enfermedades progresivas, mismas que
actualmente cuentan con investigaciones que pretenden mejorar la calidad de
vida, ya que proponen un tratamiento, el cual si bien es cierto que no cura, si
mejora la calidad y duración de vida, no sólo de quien padece esta enfermedad,
sino de quien convive con él, aportando beneficios para la familia de los
mismos.
Sin embargo aunque parece un avance, es muy importante
reconocer que no siempre fue así, en décadas anteriores, la drogadicción era
considerada como un problema de moralidad, de falta de voluntad, incluso de
nivel social bajo.
Hoy se sabe que las adicciones son enfermedades del cerebro,
puesto que dañan la química y estructura de éste, alterando con ello su
funcionalidad.
Este hallazgo permite identificar la forma de prevenir y
remediar las adicciones, pues es considerada como enfermedad crónica, usando y
abusando compulsivamente de sustancias, a sabiendas del daño que se produce no
sólo en el cerebro sino en otros órganos.
Analizando la forma que progresa una adicción encontramos
que las personas que consumen alguna sustancia se ven envueltas en un primer
momento en la euforia que le brindan. El cerebro se adapta y aparecen los
primeros signos de dependencia, invariablemente ésta se manifiesta con el
consumo de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar excesivamente
teniendo o no el recurso, y dar por hecho que sin la droga no se puede vivir.
El abuso de las drogas daña al consumidor no solo de forma
social y económica sino principalmente de manera neurológica. Alterando zonas
del cerebro, desvirtuando sus funciones, es por ello los síntomas que refieren
los adictos, aceleración de ritmo cardíaco, de la respiración y desequilibrio
en el sueño, dificultad para pensar, para analizar y resolver problemas, así
como la incapacidad de tomar decisiones. Pero el daño mayor es el que se le
ocasiona al sistema límbico, pues esta parte del cerebro es la encargada de
otorgar las “recompensas” al cerebro.
Cuando ingresan drogas al cerebro impiden la comunicación e
intercambio de información neuronal. Algunas drogas hacen que se produzca
demasiados neurotransmisores naturales y
el exceso impide una comunicación adecuada.
La mayoría de las drogas interfieren en la actividad de la
dopamina, neurotransmisor que provee de las sensaciones de placer. Por éste
motivo el cerebro pierde la capacidad de sentir placer de forma natural, pues
se crea una dependencia a las dosis de drogas. Cuando el cerebro se adapta a esta
cantidad de dopamina para volver a sentir placer necesita una cantidad mayor de
sustancias artificiales proveedoras de “felicidad”.
Los factores de riesgo son biológicos y ambientales. Pese a
esos factores también existe forma de prevenir el consumo de drogas mediante el
autocontrol, fomentar relaciones positivas, apoyo familiar, información sobre
los daños, sobre las políticas contra el uso de las drogas y el fomento
deportivo.
La mayor preocupación
es el consumo de drogas en los adolescentes. Pues es el sector más
vulnerable, debido a que actúan a partir de sus emociones y no del
razonamiento. La recomendación es que los adolescentes no deben por ningún
motivo consumir alcohol, nicotina o drogas.
Las adicciones no son sólo referentes a drogas, sino también
a actitudes que igualmente generan “recompensas” no naturales, como por ejemplo
la compulsión de comer, adicción al sexo, a los juegos. Generando
desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores, aunque originalmente
estas conductas en sustancialmente no son adictivas pueden llegar a ser una
adicción.
A pesar de las nuevas concepciones los daños siguen siendo
sociales, familiares y de salud.
Actualmente los tratamientos de las adicciones deben ser
personalizados, identificando las características de las personas, la sustancia
que consume, el contexto social y económico. Pretendiendo con esto resolver
tanto el problema bioquímico pero también respetando al individuo, promoviendo
una terapia multidimensinal, tratando de re enseñar al cerebro sus funciones
normales. Procurando no recaer, pero ningún tratamiento lo garantiza. Por lo
que no se debe perder de vista el objetivo, que si no será curar, si mejorar la
calidad de vida.
Reflexión:
El tema de “ Cerebro
adicto” me pareció importante, pues socialmente somos muy dados a estigmatizar
cualquier situación y a menudo no analizamos el fondo de la misma.
Para poder realizar la actividad después de realizar la
lectura de referencia, elaboré un resumen con las ideas principales y después
fui desarrollándolas en mi documento.