miércoles, 25 de noviembre de 2015


El cerebro adicto

Las adicciones son enfermedades progresivas, mismas que actualmente cuentan con investigaciones que pretenden mejorar la calidad de vida, ya que proponen un tratamiento, el cual si bien es cierto que no cura, si mejora la calidad y duración de vida, no sólo de quien padece esta enfermedad, sino de quien convive con él, aportando beneficios para la familia de los mismos.
Sin embargo aunque parece un avance, es muy importante reconocer que no siempre fue así, en décadas anteriores, la drogadicción era considerada como un problema de moralidad, de falta de voluntad, incluso de nivel social bajo.
Hoy se sabe que las adicciones son enfermedades del cerebro, puesto que dañan la química y estructura de éste, alterando con ello su funcionalidad.
Este hallazgo permite identificar la forma de prevenir y remediar las adicciones, pues es considerada como enfermedad crónica, usando y abusando compulsivamente de sustancias, a sabiendas del daño que se produce no sólo en el cerebro sino en otros órganos.
Analizando la forma que progresa una adicción encontramos que las personas que consumen alguna sustancia se ven envueltas en un primer momento en la euforia que le brindan. El cerebro se adapta y aparecen los primeros signos de dependencia, invariablemente ésta se manifiesta con el consumo de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar excesivamente teniendo o no el recurso, y dar por hecho que sin la droga no se puede vivir.
El abuso de las drogas daña al consumidor no solo de forma social y económica sino principalmente de manera neurológica. Alterando zonas del cerebro, desvirtuando sus funciones, es por ello los síntomas que refieren los adictos, aceleración de ritmo cardíaco, de la respiración y desequilibrio en el sueño, dificultad para pensar, para analizar y resolver problemas, así como la incapacidad de tomar decisiones. Pero el daño mayor es el que se le ocasiona al sistema límbico, pues esta parte del cerebro es la encargada de otorgar las “recompensas” al cerebro.
Cuando ingresan drogas al cerebro impiden la comunicación e intercambio de información neuronal. Algunas drogas hacen que se produzca demasiados neurotransmisores naturales  y el exceso impide una comunicación adecuada.
La mayoría de las drogas interfieren en la actividad de la dopamina, neurotransmisor que provee de las sensaciones de placer. Por éste motivo el cerebro pierde la capacidad de sentir placer de forma natural, pues se crea una dependencia a las dosis de drogas. Cuando el cerebro se adapta a esta cantidad de dopamina para volver a sentir placer necesita una cantidad mayor de sustancias artificiales proveedoras de “felicidad”.
Los factores de riesgo son biológicos y ambientales. Pese a esos factores también existe forma de prevenir el consumo de drogas mediante el autocontrol, fomentar relaciones positivas, apoyo familiar, información sobre los daños, sobre las políticas contra el uso de las drogas y el fomento deportivo.
La mayor preocupación  es el consumo de drogas en los adolescentes. Pues es el sector más vulnerable, debido a que actúan a partir de sus emociones y no del razonamiento. La recomendación es que los adolescentes no deben por ningún motivo consumir alcohol, nicotina o drogas.
Las adicciones no son sólo referentes a drogas, sino también a actitudes que igualmente generan “recompensas” no naturales, como por ejemplo la compulsión de comer, adicción al sexo, a los juegos. Generando desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores, aunque originalmente estas conductas en sustancialmente no son adictivas pueden llegar a ser una adicción.
A pesar de las nuevas concepciones los daños siguen siendo sociales, familiares y de salud.
Actualmente los tratamientos de las adicciones deben ser personalizados, identificando las características de las personas, la sustancia que consume, el contexto social y económico. Pretendiendo con esto resolver tanto el problema bioquímico pero también respetando al individuo, promoviendo una terapia multidimensinal, tratando de re enseñar al cerebro sus funciones normales. Procurando no recaer, pero ningún tratamiento lo garantiza. Por lo que no se debe perder de vista el objetivo, que si no será curar, si mejorar la calidad de vida.


Reflexión:
El tema de  “ Cerebro adicto” me pareció importante, pues socialmente somos muy dados a estigmatizar cualquier situación y a menudo no analizamos el fondo de la misma.

Para poder realizar la actividad después de realizar la lectura de referencia, elaboré un resumen con las ideas principales y después fui desarrollándolas en mi documento.